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Leve Retina Numero 08

eZine's profile picture
Published in 
Leve Retina
 · 31 Dec 2020

  
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(Revista Literaria de Repercusión Telemática)





Año 1 - Número 8. (Marzo 1995)


============================================================================

Leve Retina es el nombre de un poema de Arturo Carrera en su libro
"La Banda Oscura de Alejandro". Agradecemos su generosidad al
permitirnos utilizarlo para la revista.

============================================================================
Submission adresses: Internet: leve-retina@appeal.uba.ar
Fidonet : 4:900/109.99

Para información adicional, lea las últimas páginas de Leve Retina.

= INDICE ======================================================== INDICE =
Editorial ......................................................2
"Carta de amor a una señorita de perfil clásico"
(por Matías Giovannini)............................................3
"So" (por Federico Joselevich).....................................4
"Látigo Gomez" (por Analía Zygier).................................5
"Lo Inevitable" (por Gerardo Raúl Herreros)........................7
"BA - Salvador" (por Hernando Tejedor).............................8
"En Escarlata" (por Florencia Abbate)..............................9
"Esperando" (por Marcelo Alonso)...................................10
"Ommoneri" (por Hernán Julio Cesar Pelliza)........................12
"La Sangre de Cristo" (por Federico Pilo Firpo)....................14
"Prohibido pisar el césped" (por Juan Livingston)..................15
"La Caléndula" (por Ricardo Braun).................................15
"Hongo de Ciudad" (por Luz Pearson)................................17
Golosinas.......................................................19
Espacio de Publicidad...........................................19
Misceláneos
Staff .............................................................20
Donde y cómo conseguir Leve Retina ................................20
Legales ...........................................................21
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Leve Retina Nº 8 Pag. 1


= EDITORIAL ================================================== EDITORIAL =
Leve Retina: (del lat. levis retïna) f. Anat. efecto producido en
los ojos por la larga exposición a los rayos catódicos de los
monitores de las computadoras. 2. Lit. ojo crítico aplicado a la
producción literaria.

En el número de Febrero de 1995 de la revista Cientific American,
apareció una nota acerca de la problemática del Copyright en los textos
que se publican y/o se escriben en las redes.
¿Cuál es el problema?: La desvirtualización del Copyright a través
del uso masivo de los sistemas públicos de cosas como el WWW (especies
de Hypertextos de Internet), el Proyecto Gutemberg (un proyecto para
tipear 10.000 libros de dominio público), revistas como Axxón, Leve
Retina, EFF o Phreack, textos de autores Cyberpunk (Stearling, Gibson,
etc). Es un lugar común el uso de textos en estos sistemas públicos. De
hecho, la mercancía con que se trabaja son únicamente textos, textos
informativos, textos literarios, ensayos, papers, etc. La gran ventaja
es que toda esta información está disponible para quien quiera. La gran
desventaja es que a los grupos de 'poder' esto no les conviene.
El problema, en realidad, empieza un poco antes, cuando el
Establishment se encuentra con las redes, en donde no hay forma de
controlar qué se dice ni qué se hace. Cada individuo de es totalmente
responsable de su accionar y, de hecho, puede hacer lo que quiera, desde
leer el Manifiesto Comunista, hasta asumir distintos personajes en una
discusión acerca de sexualidad en un area pública.
El control estatal y/o privado de las redes es ineficaz y absurdo;
quienes habitamos las redes lo hacemos, en buena medida, por la libertad
de acción que aquí tenemos.
Ahora viene un dilema muy interesante; ¿En que esquema preestablecido
se enmarca esta lucha por la libertad de expresión? Esto no es algo
parecido al marxismo ni al liberalismo, es algo más básico: amor por la
comunicación y respeto por el de al lado. Entonces, ¿cuales son las
bases teóricas habrá que establecer para explicar este fenómeno social,
sus consecuencias y la necesidad de su libertad incondicional, así como
la de su gobierno interno o anarquía interna?
Anarquía... Hay que redefinir esta palabra para poder usarla. Yo
prefiero la palabra Cypherquía.
La Cypherquía es el gobierno espontáneo de quienes pueblan una red de
mensajería electrónica (cualquiera sea el método utilizado para esos
mensajes: escritos, visuales, sonoros, etc.). La idea central es que
cualquiera puede hablar, opinar, discentir, acotar, preguntar, en
definitiva participar, sin necesidad de permiso por parte de los demás
participantes del Ciberespacio. Salvando algunas contradicciones y
distancias, podríamos definir al Cyberespacio como un lugar
'Democrático', y esta es la mosca en la sopa del poder.

Federico Joselevich
(4:900/109.0@fidonet.org)
(federico@appeal.uba.ar)
PD: Aguante los Rolling Stones.
---
* Origin: Leve Retina (4:900/109.99)


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Leve Retina Nº 8 Pag. 2

= CUENTOS =================================================== LEVE-RETINA =
From : Matias Giovannini 4:900/109.18 Tue 16 Aug 94 01:40
Subj : Carta de amor a una señorita de perfil clásico
==========================================================================
Matías Giovannini nació un caluroso el 30 de Enero de
1972 (o por lo menos eso le dijo mamá que lo tiró a la
pileta a los veinte días). "Desde entonces -dice- no he
hecho mucho, salvo que me agarro el berrinche de
escribir". Interlocutor astuto e ilustrado asustóse
cuando se dió cuenta de que Leve Retina realmente
existía. El quiere a todas las leves, a quienes. Tambien
conocido por los nombres de Giovatías, Mactías,
Giovannana.

Carta de amor a una señorita de perfil clásico
==============================================


Sé que si poseyeras la antorcha adecuada podrías incendiar en cuestión
de segundos mi cuerpo laxo de papel maché, o que si quisieras decir la
palabra justa podrías animar en mi pensamiento el más fiero delirio de
autómata desarticulado. Siento que si te atrevieras a empujarme al
abismo aceptaría tu abrazo goloso y me dejaría absorber hasta el último
jirón de voluntad, y que si me dieras alguna oportunidad de extrañarte
podría rendirme a tus pies, mi cuello encadenado por tus brazos.

Pero tu cariño es mi hastío y tu pasión mi ahogo; tu amor es mi
tormento, y tu inclaudicable voluntad de servicio me hace sentir
responsable más allá de mi capacidad de mando.

Por eso, queriendo que yo fuera tu Odiseo, sólo me queda ser Telémaco
impaciente por crearte amantes que importunen tu vigilia de araña.
Anhelando que yo fuera tu Eneas, sólo me queda ser la yerma Italia que
absorbe tus plegarias estériles y tus ruegos desconsolados. Esperando
que yo fuera tu Virgilio, sólo me queda ser Caronte impaciente por
cruzar el río y perderte del otro lado. Deseando que yo te amara te
deslumbrás, inocente ante la maravilla de mis palabras huecas, y a mí me
resta únicamente seguir impostando en tu presencia.

Dilapidar el bien ganado no es derroche si no hay riqueza que pueda ser
disfrutada, y destruir la sólida muralla no es asedio si las puertas de
la torre hace rato que se desprendieron de sus goznes herrumbrados.
Asolar la tierra feraz de este continente ignorado no es barbarie si
nadie puede gozar los frutos de su estío eterno; quemar las naves,
hundirse en el piélago, callar; todo inútil si de tu aliento se nutre mi
sed de sangre.


Si me entendiste, vos sabrás qué hacer.


Matías Giovannini

--- Obolus 1.0.2
* Origin: The 100% Macintosh point... (4:900/109.18)
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Leve Retina Nº 8 Pag. 3


= CUENTOS ====================================================== CUENTOS =
From : Federico Joselevich 4:900/109
Subj : Tiempos
==========================================================================
Federico Joselevich, nacido el 23 de diciembre de 1972;
operador del BBS Cultural Carreteras del Viento (perdón
por el chivo); veterano de tres años de antigüedad en las
redes de mensajería electrónica; coordinador de Fidonet
Argentina desde noviembre de 1992 hasta noviembre de
1993; según los medios: pelirrojo, menudo e inquieto;
según el folklore telemático: "...el escribe, describe,
hace y deshace, una tano dicotómico, pero buen tipo (aunque
habría que ver sus circunstancias); también conocido como
Fedelevich, Jóse, Pepelevich, Bwana y demás.


So
==

So, aquí y atrapado. Solo, concientemente solo; ni siquiera acompañado
en el sentimiento. Miro por una ventana que no me persigue y veo una
pared. La siento a flor de piel y me deposito en el rellano de la
ventana. El espacio para pasar es tan superfluo que yo no lo llamaría
espacio. Lamento comunicarles que las luces no llegan hasta este pozo.
No, no llegan. Sólo acaso una última nota de un concierto que gozaría
con más de un gusto. Y las montañas de caca me circundan y tengo que
ponerme las antiparras, para poder ver en la niebla, prender una luz y
salir de la oscuridad.

"¡Toc, toc! ¿Hay alguien ahí?" No, querido, no. Hoy te equivocaste
de puerta... ayer de persona. "¿Hola? ¿alguien que me atienda?" Y no, te
digo que no; solamente el clic clic de un reloj de pulcera.

Imaginátelo: es como estar con los ojos cerrados, vendados, velados,
mientras te abren, te miran, te tocan por dentro, te violan y te vuelven
a mirar; te dan vuelta, y vos protestás, te movés y ellos no se dan
cuenta; tenés un arranque convulsivo mientras intentás decirles que
dejen de joderte que estás acostado en la camilla, pero que no querés
que te abran ni que te toquen por dentro, que no te saquen nada y que no
te jodan -de nuevo-, que si quieren hacer algo por vos te despierten,
pero que dejen de meter cosas adentro porque no sos un ropero y tampoco
sos un muestrario de joyas como para que te estén mirando. Sos, soy,
somos un ejemplar de humano, de esos que miran en los libros y que no
deberían joder así, ni así y así tampoco.
En el medio del silencio del quirófano me encuentro pensando en si
esa cortina azul que hay delante de mi cabeza, que proteje mi cara de
mancharse con sangre de mi pecho mientras me cercenan por dentro, me
sacan y usurpan parte del corazón, no será el destino del sueño?

Unas horas después me despierto enojado, muy enojado. Enojado contra
este mundo y contra esta suerte puta de tenerme empotrado en una cama de
hospital y no poder siquiera llorar porque tener que ser fuerte, más y
más que antes, porque tengo que progregerme de los amigos y los no
amigos, de que me abran y me encuentren vacío (o lleno); y encontrar un
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Leve Retina Nº 8 Pag. 4

par de aparatos automáticos en el brazo, pensando que por fin la
tecnología te ganó, que te sometió y que vos no pudiste decir ni mu,
mientras algún estúpido juega con un joystik prestado y otro anhela el
humo del cigarrillo perdido. Pero no estoy tan contento de morir, estoy
bastante 'afraid of diying'.

¡Oh, oh, oh! ¡Joder! Tuvieron que venir de nuevo, con sus pinches y
sus dulces líquidos que quieren poner dentro de mi brazo para que mi
cuerpo no proteste más, que no diga, "señores, no quiero que me sigan
metiendo cosas dentro de mi mismo".

Pero luego, día a día, todo se va olvidando y el cuerpo, adormecido,
no tiene sino que someterse al cruel Cerceno (que no tiene nervios y por
eso cercena despiadado). Día a día el cuerpo no decide si ya es
suficiente, no puede, no debe decidir, mientras va quedando menos y
menos que abrir (que cerrar).

Por último queda el pie.


---
* Origin: Carreteras del Viento (4:900/109)



= CUENTOS ====================================================== CUENTOS =
De : Analia Zygier 4:900/109.3
Subj : Látigo Gomez
==========================================================================
De una señora que pugna por convencernos de alguna
manera que ella es Licenciada en Letras pero que eso
no importa a la hora de la hora y que en realidad es
la hora de alimentar a sus crios, mientras dirige
la revista El Escribidor y se interesa en temas de
pornografía y literatura (sic) y, para concluir,
hace caso omiso de cualquier tentativa popular para
incluirla en algun almuerzo Staffico, nos llega
su cuento intitulado:

Látigo Gómez
============


El día que iba a quedar manco Látigo Gómez se despertó contento.
Era el día del partido con Perú y Justiniano , porque en realidad
se llamaba Justiniano (lo de "Látigo" era un apodo), ya tenía el
día programado. La transmisión empezaba a las cuatro, pero él ya
pensaba estar en el barcito del gordo a eso de las tres y media, como
para ir entrando en el clima del partido.
El Látigo iba vestido como de costumbre, pantalón beige de encargado de
edificio, camisa a cuadros, zapatillas Adidas, el modelo viejo de las
tres tiras. En las mesa se fueron sentando también los de costumbre:
el turco, Mario, el pelado de la panadería y el pibe de María del Carmen.
También se sentó un desconocido: bigotes anchos, pipa y cara recién
afeitada. En un día habitual hubiera sido sencillamente una impertinencia
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Leve Retina Nº 8 Pag. 5

que se pretendiera sentar ahí, pero con el bar lleno y con clima de
partido se toleraba casi cualquier cosa. No se negaba la silla a nadie,
porque todos se sentían parte de una cofradía, de un todo indefinido y
por supuesto, bastante ridículo.
Las primeras jugadas agarraron a todos contenidos, llenos de nervios,
expectantes. De a poco los gritos los fueron soltando, fueron entrando
en calor y se la agarraron tranquilamente a puteadas con el árbitro,
con algún jugador, con el director técnico que no sacaba a Sosa para
poner a Bermúdez; puros detalles.
Eran las seis, el partido ya había terminado hacía rato, sin embargo el
Látigo todavía no tenía ninguna novedad. Apuró el resto de cerveza que
aún le quedaba en el fondo del vaso, pagó y salió a la calle. Todo estaba
tranquilo, Argentina había empatado con Perú cero a cero. Francamente,
un partido aburridísimo. Justiniano Gómez caminaba despacito y
despreocupado hacia la boca de subte que estaba antes de llegar a
Angel Gallardo. Al bajar por las escaleras, una mujer harapienta y
con un chico dormido en brazos le pidió unas monedas. Tenía la palma
de la mano ajada y las uñas sucias, el chico le dormía desde hacía horas
sobre el hombro izquierdo. Látigo no le dió monedas, solamente la miró
a los ojos curvando mucho las cejas, no se sabe si reprochándole o
compadeciéndola. La mujer también lo miró fijo y a Látigo Gómez le
corrió un sudor frío por la espalda.
Se tomó el subte hasta el final, hasta Leandro Alem. Todavía no tenía
novedades y en realidad estaba haciendo tiempo. Las recovas de Paseo
Colón le parecieron más viejas y sucias que de costumbre. Buscó entre
la poquísima gente que pasaba con la esperanza de encontrar alguna
cara conocida, algún rasgo familiar. Nada. No pasaba nada. Ese que
prometía ser un día excepcional, fuera de lo común estaba resultando
un verdadero fiasco.
De pronto, Látigo Gómez sintió como si alguien lo estuviera siguiendo.
Apuró el paso, se propuso no mirar hacia atrás. Por la vereda de en-
frente, lejos, séis carriles más allá , pasaba un policía como yendo
hacia el Correo Central. Látigo Gómez lo miró de reojo y apuró el paso.
¿Se daría cuenta desde tan lejos que a él lo venían siguiendo? Difícil.
Estaría más pendiente de las infracciones de tránsito, de los que
doblaban a la izquierda por Corrientes hacia el puerto o de las caderas
jóvenes de alguna chica que pasaba. En definitiva eso no era importante.
Látigo Gómez se concentró en los pasos que oía a sus espaldas y siguió
caminando con el paso rápido. Caminó muchas cuadras, muchísimas, hasta que
se me perdió de vista.
Sí, ese era definitivamente el día en que Látigo Gómez iba a quedar
manco. Lo que nunca pude saber fue cuándo ni cómo le sucedió semejante
desgracia.




---
* Origin: La pequeña Lulú (4:900/109.3)






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Leve Retina Nº 8 Pag. 6

= CUENTOS =================================================== LEVE-RETINA =
From : Gerardo Raul Herreros 4:902/2.5
Subj : Lo inevitable
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Lo inevitable
=============

Me miró (tenía una mirada extraña, aunque extraña no es la
palabra, como comprenderán, creo. Las miradas son el punto
de apoyo, de referencia, para la construcción de mi
personalidad, por demás acomodaticia. Una mirada ansiosa
estimula mi locuacidad y las neuronas accionan su mecanismo
de chisporroteo intelectual o afectivo, más aun si se
transforma en una mirada expectante, interesada o atenta.
Si atisbo una sombra de aburrimiento, cambio de tema, de
carácter, de forma. Si la perplejidad asoma a los ojos, me
enorgullezco y empiezo, o sigo mintiendo a lo loco -
tratando siempre de no llegar a producir incredulidad o
hastío-. Cuando me miran inquisitivamente, todo mi yo se
pone a prueba y hago uso de todos los recursos: la memoria,
la mentira, la imaginación, la seguridad, la lógica, todo.
Si logro la metamorfosis hacia una mirada crédula, comienzo
a aburrirme. Si las preguntas o la desconfianza siguen
golpeando las pupilas, persisto un tiempo con el uso de la
artillería. Si la cosa sigue igual, me canso y desisto del
intento. Las miradas dulces me inspiran -según otras
características que no vienen al caso nombrar- un
sentimiento de paternidad, gula sexual, o bien simplemente
asco. Las miradas ausentes mi intrigan, quiero ubicar a
toda costa su paradero, en general incierto: Que lástima. A
las miradas indiferentes les doy dos o tres llamadas de
atención -hacia mí, claro está-; si responden, bien. Si no,
cierto artificio interno de seguridad me hacen olvidarlas.
Las miradas indefinidas me ponen nervioso, no sé cómo
actuar, me desequilibran. Ya que mi carácter se modifica
según como me miren, este tipo de mirada me deja inmóvil;
no se gatilla el dispositivo estímulo-mirada-respuesta.
Otros tipos de miradas que no generan respuesta en mí -pero
aquí la razón es otra-, son las miradas estúpidas, de sapo,
de carnero degollado, las bovinas y las ignorantes. Pero
estas últimas a veces me hacen despilfarrar un poco de
soberbia. Si en la mirada capto el Poder o la superioridad,
me rebelo. Aunque mi rebeldía es inversamente proporcional
al grado de Poder que percibo en los ojos. Las miradas de
"no entiendo nada" -también teniendo en cuenta las mismas
características que no venían, ni vienen al caso nombrar-
despiertan la explicación paciente, una sonrisa
comprensiva, una teórica en sentido vertical o un
"anda'cagar". Las miradas sensuales me atraen, pero me dan
miedo porque mutan fácilmente a miradas dulces, de Poder,
indiferentes o de admiración y tengo que cambiar de actitud
sobre la marcha o sobre la cama -si las circunstancias se
dan-; cosa no muy fácil de realizar rápido, ya que aunque
no lo dije, tengo cierta, sino mucha, tendencia a la
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Leve Retina Nº 8 Pag. 7

inercia. Con las miradas tristes o con las alegres puedo
hacer sinergia o antagonismo, depende del momento y mi
estado de ánimo. Pero mi inclino por las tristes, las
alegres siempre me dieron la impresión de "cabecitas huecas
y sonrisa fácil". Por último -aunque esto más que un final,
es un corte tajante para no extenderme demasiado en
explicaciones-, están las miradas que me son
inclasificables, raras, extrañas. Esas que no se ajustan
perfectamente a las casillas sistematizadas anteriormente,
ni las que por ganas no nombré. Las miradas en las que no
coincidimos aquellos que clasificamos miradas. Las llamo
extrañas por no encontrar la palabra que las reúna, pero en
realidad son muchos tipos de miradas o variantes de las
nombradas -y no nombradas- con ciertos matices
suficientemente diferentes para apartarlas de un rótulo
específico. Así me miró, con una mirada extraña) y me
enamoré. Le arranqué los ojos con la cucharita y los guardé
junto a los otros.

GRH Copyright@1987

Bye
GRH

---
* Origin: OBJETO 'a' POINT (FidoNet 4:902/2.5)


= CUENTOS =================================================== LEVE-RETINA =
De : Hernando Tejedor 4:900/125.15
Subj : Ba-Salvador
==========================================================================
Hernando Tejedor, integrante del grupo de arte
multimedia "El Ojo Desnudo" y del programa
radial "Mala Noche", ex estudiante de casi todas
las carreras universitarias, algunas abandonadas
antes de empezar, escritor en momentos de intuición
que le duran pocos minutos cada varias semanas.
También conocido como Hernando Tejedor.

Apuntes de un viaje a Bahía, Brasil.

BA - SALVADOR
=============

Reíamos, tratábamos de cerrar los ojos y reir
mientras los niños-mosca se abalanzaban sobre los restos de la fiesta
(y ellos también reían, pero tenían los ojos bien abiertos).
Caminábamos constantemente llenándonos los ojos de belleza y de mugre
de miseria y maravilla
con el estómago exhausto, la boca ávida y jadeante
y todos tenían una sonrisa dibujada
y las llagas que mirábamos sin atrevernos a tocar estaban abiertas
de par en par
para recibirnos
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Leve Retina Nº 8 Pag. 8

y el cielo y el mar eran de un color que nunca habíamos visto.
El olor de la vida se desparramaba por las calles
el olor de una vida tan intensa que parecía muerte.
Los niños-perro olían nuestras pisadas, se mantenían cerca de nosotros
a la espera de algún hueso
sin sacar los colmillos
sin rencor ni malicia
y las niñas cargaban la muerte sobre sus espaldas
para ofrecerla a quien la quisiera.
Y la gente fumaba por las calles
y el sol secaba los ojos de las víctimas
mientras todos, víctimas y verdugos, se preparaban para la fiesta,
y un niño de ojos verdes y psicóticos nos sonrió apuntando su pulgar al
cielo
y escapó corriendo de la muerte que lo seguía de cerca.

25/1/94
--- Maximus 2.01wb
* Origin: Carreteras del Viento - (541)544-6241 - TLD 24 hs. (4:900/109)



= CUENTOS =================================================== LEVE-RETINA =
De : Florencia Abbate 4:900/109.27
Subj : En Escarlata
==========================================================================
Florencia Abbate, joven poeta argentina (bah, como
casi todos aquí). Directora de la revista
cultural "El Encendedor". "Yo fui castaña oscura,
borravina, tiziana, rubia...ahora soy una mezcla,
pelirroja nunca."; también conocida como
Florenciabbate, Carmen Sandiego, Floretabbancia,
aunque suene demasiado extenso para su altura.

En Escarlata
============

Mi príncipe me envuelve con humo el cuerpo me aprisiona entre
canciones ambarinas me aguijonea hasta quebrarme la sintaxis Quiere
tragarme me inyecta besos amapolas de morfina me pulveriza las ideas y
las sopla y abrazados observamos cómo vuelan a través de los cables de
teléfono por el infierno celeste Mi enemigo me deshace su amor por mí
tiene la forma de un poema maldito y nos subimos a él y sobre él
escalamos la noche y nos fugamos a un cielo tan tan bajo que no puede
ser visto Mi amante me amenaza con un escalpelo desata ruidos en mi
pecho se come mi tristeza como una torta de chocolate al rhum Mi chico
tiene un tajo furioso y brujo por donde antes salía mucha sangre con
dibujos de Klee y miles de ratas del flautista de Hamelin Yo soy su
única amiga en la avenida oscura que lo vuelve vulnerable y sacrifico
sus búhos arrojándolos al río para que despierten dioses Yo lo traslado
a una selva de colores con zorros ancianos que devoran serpientes
emplumadas de ojos de piedras verdes de verde jade Escribo en escarlata
para consolarlo le doy pincel y temperas y me recreo con su cremallera y
lo maquillo de religiones bravas Dentro de cada caricia nos bebemos y
así apartamos al Rey de funestos presagios y nos burlamos de la muerte
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Leve Retina Nº 8 Pag. 9

Tenemos una enfermedad incurable los días de lluvia nos llenamos de
polvo de ternura e invadimos el silencio de la tarde con latidos
gigantescos Los dos tatuados por cada cosa rota los dos tenemos sonrisas
extranjeras y nos place recoger sombreros sucios de la basura de las
veredas Juntos tejemos flores en copas húmedas somos espadachines
ardientes y rojos de vino mareados como una flecha que se quiebra
Nacimos peregrinos con navajas en los pies que lloran y suplican
disimulamos cicatrices en verano y en invierno redoblamos la furia en
grietas desagües pliegues de nuestro cuerpo.

---
* Origin: El encendedor (FidoNet 4:900/109.27)

= POESIA ======================================================== POESIA =
From : Marcelo Alonso, 4:900/109.19
Subj : Esperando
===========================================================================
Marcelo Alonso, Marcelonso, Marlonso, un fundamentalista
literario (dígolo después de leer sus "Fundamentos
Literarios"), ex-docente universitario, con una edad que
tiene una cota menor en los 24 años y una mayor en los 24
años, se define como un "Joven participante de las
redes", quien hace pocos años redescubrió el placer de
escribir "(después de reponerme de una experiencia cuasi
'Saint-Exuperyesca' a los 12... -'Mirá las pavadas que se
pasa escribiendo!'- Lo de las pavadas no ha cambiado,
sólo he aprendido a aceptarlas y a no desecharlas (-8 )"

Esperando
=========

La mano ensangrentada me mira, me suplica, toda ella lágrimas rojas
de piedad. El brazo por debajo de ella sigue y sigue.
No. No. La ignoro. Sino ¿qué clase de asesino sería?


La mano me habla de cosas pasadas, trivialidades y amoríos baratos,
de mateadas en la vereda, de programas de televisión, de partidos de
fútbol en la calle, de árboles orinados, de sexo prosaico en una cama de
familia, de llegadas tarde, de llegadas a tiempo...


Esta vez no llegará. Su esposa lo esperará, y cuando hayan pasado
diez minutos no se preocupará, pero sopesará la posibilidad de un
colectivo atrasado, un cierre contable de fin de mes. Cuando haya pasado
una hora no se preocupará, pero jugará con la idea de una infidelidad ya
tardía en su matrimonio. Cuando hayan pasado tres horas sí se preocupará,
pero aún seguirá aguardando la llamada salvadora, la que la rescatará de
ese ahogo en un pozo frío de angustia y ansiedad.

Y cuando las cinco de la mañana la encuentren, rodeada de sus hijos
ya drogados con ese sagrado narcótico del sueño infantil, sentada junto
al teléfono eternamente mudo, se abandonará a la desesperación de las
comisarías y los hospitales.

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Leve Retina Nº 8 Pag. 10

Los hijos...
(qué clase de asesino soy, carajo)

La mano ensangrentada se ha callado. Sobre la piel blanquecina se
dibuja un ideograma seco como de caramelo de flan pegoteado.

Sigo esperando. Una pastilla tras otra para hacer retroceder al
sueño, un león de circo agazapándose detrás de una silla vieja.
El humo de los cigarrillos me ha empezado a poner la lengua áspera, y
me duele un poco la cabeza.

Tienen que venir a buscarlo. Tienen que venir, qué mierda, no me
pueden dejar clavado con el tipo acá. Y con la mano. La mano...
(basta)


¿Se movió? ¿Se movió o me parece a mí? Ya llevo muchas horas de
pastillas. La cabeza me debe estar empezando a fallar.
Un dedo. Estoy seguro que un dedo se movió. Pero debe ser un reflejo,
o el rigor mortis, o algo así.
(basta)


No la mires más y listo. Si se mueve de nuevo, que se mueva. Qué me
calienta.
Y estos hijos de puta que no vienen...

Siento los ojos como bolas de billar tibias. Los párpados se me caen,
pero no quiero seguir tomando pastillas. Ya deben estar por venir a
buscarlo. Sí, eso, que se lo lleven, que se la lleven también. A la
mano. Antes de que se mueva otra vez.
(BASTA)


Sigo esperando... parece que hubiera nacido exclusivamente para eso,
para esperar. Le digo a mi reloj: "ya deben estar por llegar". Le digo a
la mano: "en este momento, el auto debe estar en la autopista, viniendo
hacia acá. Deben estar por Avellaneda, más o menos. En quince minutos
suena el timbre".

Una pastilla; una sola, que se me cierran los ojos. Y si se me
cierran no queda nadie para vigilarla, por si se mueve de nuevo. Ella.
(BASTA CARAJO BASTA)


Mi garganta se siente como aterciopelada. La pastilla (mejor tomo
dos) me raspa, y la trago con una chupada de cigarrillo. Así la mano no
se mueve. Que ya deben estar por llegar.

El timbre. ¿Sonó el timbre? ¿Y si sonó y no lo escuché? Pero, si no
me quedé dormido en ningún momento... ¿o sí?
(por favor basta POR FAVOR BASTA)



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Leve Retina Nº 8 Pag. 11

Se están acabando. Las pastillas, digo. ¿Qué clase de asesino deja
que las pastillas se le acaben?

Están tardando mucho, mucho, una eternidad; como cuando mamá se fue a
hacer ese mandado ¿te acordás? y lloraste, lloraste porque si tardaba
mucho, quizás la mano se pondría en movimiento, y las pastillas se
terminarían, junto con los cigarrillos, y si estos tipos no aparecen y
si mamá no vuelve y si la mano se mueve y si le pasa algo en la calle y
si la asaltaron y se le acabaron los cigarrillos y quizá tocaron el
timbre hace horas y no lo oíste y se fueron y sí y no y tal vez y mamá
te dejó acá clavado con el cadáver y las pastillas y la mano y
(bastaporbastafavorbastafavorporbastaporbastafavor)



Ahora sí. Estoy seguro. Se movió.

El timbre. Suena -EL TIMBRE-. Es el timbre del Cielo. Abro la puerta,
sin perderla de vista, por si se mueve de nuevo a mis espaldas.
¿Quiénes son estos tipos? ¿Qué le han hecho a mamá, eh? ¿QUE LE
HICIERON, HIJOS DE PUTA?

Un tiro. Otro. Y a vigilarlas, que ahora son más, y se pueden
despertar de un momento a otro.

Cuando venga mamá, va a poner las cosas en orden. Van a ver. Carajo.


---
* Origin: ,. (FidoNet 4:900/109.19)


= CUENTOS =================================================== LEVE-RETINA =
De : Hernan Julio Cesar Pelliza 4:900/543.1
Subj : Ommoneri
============================================================================
Hernán Julio César Pelliza, discutidor
inquebrantable al punto de dejar extenuados a sus
contendientes. Por su increible capacidad de
escribir, ha conseguido que más de una máquina
haga... Pluf! Hay quienes se preguntan si no
participó activamente del siglo de oro español.
También conocido como El Mensajero Jurásico o
Jurassic Point.



Ommoneri
========


Con los dedos de la mano izquierda sujetandole la barbilla, la mano
derecha de Ommoneri, El De Afuera, se deplazó hacia atras de la abultada
frente de ella, iniciando la caricia. Hiíxi estiró un poco más la
cabeza. Su frente, una gran protuberancia, recibió con agrado el regalo.
--------------------------------------------------------------------------
Leve Retina Nº 8 Pag. 12

Sintió de golpe una repulsa, un rechazo al desagradable y aspero
contacto con esa piel seca y arrugada, tan distinta a la suya. / Temor/.
Lo aplacó recurriendo a la memoria, esa lejana y difusa imagen de los
tiempos en que los Ommomeri y las Hiíxi surcaban juntos las aguas que
cubrían el planeta. La raza de Hiíxi había quedado allí hasta el
reencuentro que algún día, cuando los Ommoneri recapacitaran sobre lo
que habían perdido, debería producirse. La mano izquierda de Ommoneri
sujetaba con más fuerza la quijada de Hiíxi. Otra vez el juego, su
Ommoneri desea jugar. Docilmente, aceptó las correas alrededor de su
cuerpo. El disco de metal al que estaban unidas, quedó sujeto a su
espalda.
Una ultima mirada al Ommoneri, y con la alegria de iniciar el juego
que tán felíz ponía a su Ommoneri, impulsada tanto por la futura caricia
y las muestras de cariño ,como por algo de Ommoneri que la hacía a ella
misma felíz, Hiíxi inició un rapido y veloz descenso en las oscuras
aguas.
Quizas, pensó, eso que sentía por Ommoneri fuera aquello que su memoria
guardaba muy profundo, de aquellos días cercanos al primer día. Cuando el
Amor los creó a ambos. En la oscura neblina de las aguas arcillosas, Hiíxi
percibió el objetivo que debía alcanzar en ésta parte del juego tantas veces
compartido y ensayado; y aceleró su marcha. Otro Ommoneri, debería retirar
las correas, y el juego terminaría cuando regresara a "su" Ommoneri.
Cuando llegaba casi a la superficie, el disco de metal en su espalda emitió un
chasquido. Al instante, la Luz la invadió.
La explosión de la lancha armada Vietcong sacudió el delta. La
pareja de buzos se calzaron casi con desgano las anchas patas de rana
,para luego sumergirse hasta la cintura.
-Sabés, no me molesta mucho usar Delfines para liquidar a
Charlie...Después de todo, o van ellos, o nosotros. Mejor no arriesgar
en vano nuestro pellejo No me molesta usar a los delfines, no... -
-A mi tampoco, Jhon. Pero ,no sé, preferiría que no fueran hembras.
Al fin, uno algún cariño les toma mientras los adiestra. No se porqué,
pero no me gusta que sean hembras.-
-Que más dá...-, dijo. Bajó el visor que se alzaba sobre su frente,
introdujo la boquilla de aire en su boca y comenzó a nadar
perezosamente.
Su compañero, todavia mirando hacia la columna de humo, sostenía la
mascara de vidrio y goma en su mano. Sentía que algo debía decír, aunque
sabía que su interlocutor ya no lo oiría.
-No sé. No me gusta, es todo.-
Escupió el visor y lo agitó un poco en el agua. Se lo calzó, y
comenzó a nadar trás su compañero. El traje de neoprene negro se
confundió en el oscuro fluir de las aguas. El latex de la boquilla, le
sabía un poco más amargo, y no podía imaginar porqué.





---
* Origin: Jurassic Point (FidoNet 4:900/543.1)




--------------------------------------------------------------------------
Leve Retina Nº 8 Pag. 13

= CUENTOS =================================================== LEVE-RETINA =
De : Federico Pilo Firpo 4:900/125
Subj : La Sangre de Cristo
===========================================================================
Federico 'Pilo' Firpo, ácido integrante de las comunidades
virtuales, experto jugador de la dialéctica cotideana y la
no tanto; operador del polifacético Macondo BBS; también
conocido como Federpo, Pilo, Federico, Pilum, Furia
Siniestra y Jack Bodner.


La Sangre de Cristo.
====================

Avanzo, ahora. Ruidos. Oigo ruidos. Acá todo se parece al
tiempo, tiempo, las joyas de la vida, la nave central de esta
catedral que debe tener trescientos años, los bancos de
madera tallada, un olor a barniz y acaroína mezclados. La
cruz, al fondo. Cristo, clavado en la madera sigue redimiendo
a la humanidad de pecados que nadie sabe quién cometió. Los
bancos. Paralelos, los bancos. Madera y más madera tallada y
lustrada en los bancos paralelos. Ruidos. Oigo ruidos.
Disparos. El tiempo se dispara, sordo a los rezos. En los
bancos, todo el mundo reza. Avanzo, ahora. Oigo ruidos. En el
primer banco a mi derecha Marcela reza y llora. No me ve. El
silencio es demasiado como para traspasarlo con dos lágrimas
baratas. Otro banco. Una vieja reza sus rezos de toda la
vida. Los mismos de siempre, podridos, con gusto a rancio y
todavía el Señor no ha venido a auxiliarla. Al fondo, Jesús
redime a los pobres. La vieja se parece mucho a mi madre.
Casi puedo oírla rezar por mí, que no encuentro el camino de
la Gloria del Señor. Yo soy devoto de otro Señor.
Pertenezco a Él.
Solloza, mi vieja. Oigo disparos. El tiempo pasa. Sigo
avanzando. Un cura gordo y pelado está por entrar al
confesionario. Se detiene. Me mira a los ojos. Tiene la cara
de mi viejo, pero no puede ser que esté tan gordo. De todos
modos no me ve. Sigo avanzando. Un Gato de Cinco Patas cruza
corriendo la nave. Se detiene entre las dos filas de bancos y
me mira con ojos amarillos. Maúlla. Me estremezco. Un foco
que ilumina a Jesús desde atrás le da un aspecto místico. Por
debajo del altar se asoma la Muerte. Me guiña un ojo. Un
monaguillo enciende velas detrás del mismo altar. Se da
vuelta. Es mi analista. Lo busco con la mirada. No me ve.
Llego al pie de la cruz. Me arrodillo. Saco del bolsillo de
mi abrigo una pistola del .38. Apunto a la frente de Cristo.
Oigo ruidos. Disparo. Le vuelo la cabeza en un estruendo de
yeso. Por las blancas venas de yeso que puedo ver en su
cuello de yeso roto, brota a raudales yeso en polvo, entre
trozos de yeso que se desparraman, mientras oigo ruidos.
Lo suponía.
Jesús no tiene sangre.

---
* Origin: Parity mind error. Body halted. (FidoNet 4:900/125)
--------------------------------------------------------------------------
Leve Retina Nº 8 Pag. 14

= POESIA ======================================================== POESIA =
From : Juan Livingston 4:900/109.23
Subj : Prohibido pisar el césped
==========================================================================
Aún cuando pugne por decir, afirmar, aclarar y gritar que
"Nada de lo que hice es representativo de mí", podemos
destacar el hecho de que, en el período 1989/1993 fue
"Redactor y editor irresponsable del boletín mensual
Periodismo por Periodistas", entre otras labores
realizadas (que prefiere no mencionar). Sin embargo,
ahora nos deleita con cuestiones de alta índole como la
que viene a continuación:


Prohibido pisar el césped
=========================

Al hablar confundíamos todo
lo que nos habíamos dicho en silencio.

Las palabras son torpes pisadas sobre el pasto,
/verde llanura lisa infinita/ que siempre está allí,
constelación de preguntas, o respuestas
hechas preguntas al pronunciarlas.
O preguntas hechas respuestas, sólo el pasto, el cielo,
y un centro que deja de ser centro cuando es descubierto.
Prohibido pisar el césped.


---
* Origin: Rastansallo Point (4:900/109.23)


= CUENTOS ====================================================== CUENTOS =
From : Ricardo Braun 4:901/100
Subj : La Caléndula
==========================================================================

La Caléndula
============

Como todos los domingos, fuí a comprar caléndulas para Elisa. Cuando
llegué al puesto, el florista me apuró, diciendome que eran las últimas.
Si, creo que hacía años que lo había decidido, pero tenía mucho,
mucho miedo. Si quería atravesar el límite, necesitaba un empu- joncito.
Al entrar en su departamento, Elisa me esperaba como siempre,
desnuda, con una taza de té en la mano.
-¿Antes o después? - me preguntó, cuando le entregaba las flores.
-Enseguida te contesto, - dije - pero primero abríme una caléndu-
la, por favor.
Ella bajó sus párpados, se ruborizó y me entregó una redonda, rojo
fuego, con el hondísimo agujero, rodeado de estambres. Miré la flor y
luego a los ojos de Elisa, me hacia falta su valor. Fuí por un minuto,
un clavadista esperando la ola, un tigrero al acecho; pero me dije: ¡es
ahora o nunca!
--------------------------------------------------------------------------
Leve Retina Nº 8 Pag. 15

No hubo tristeza, ni caricias, solo un adiós instantáneo, y me
zambullí. Atravesé el agujero como un relámpago.
Del otro lado todo era igual, pero ella no estaba. Entonces bajé a
la planta baja y mirando a mi alrededor, noté que la esquina de Charcas
y Esmeralda era la misma. Los taxis y los colectivos eran igualitos, la
misma gente, los mismos gorriones, el mismo asfal- to.
La calle rebosaba de Domos de hocico ancho y espalda encorvada.
Vestían de latex tranparente y sombreros de copa. Las hembras eran
espesas, como la sopa de zapallo. No hacían el amor, porque antes se
marchitaban contra el pavimento.
Tomé un taxi en Paseo Colon, para ir a Palermo, mientras el pasaca-
sette tangueaba "El Estagiario" de Lasala (1890-1967) por Osmar Maderna
y su orquesta.
El chofer estaba convencido que yo era un turista, por eso me llevó
al revés. Dió vuelta a la Plaza de contramano, mostrán- dome las
campánulas del municipio, los murciélagos, el Ministe- rio de
Educación y Contrataque, el de Economía y Desesperanza. Soltando la
carcajada me dijo:
-Allí en el cuarto piso, el mono financiero se agacha y muestra la
morondanga.
- Y... así nos va - le contesté automaticamente.
Después de un detallado parte meteorológico, llegamos a Palermo.
El barrio había cambiado. Arboles altísimos, edificios de jade,
lacónicos porteros pasando el limpiaestiércol por las veredas y Domos
Verdes por todas partes.
Se me escarcha, el corazón al recordar. Ya no era de ahí, no conocía
a nadie.
Aún recuerdo cuando grité al taxista:
-¡Me ahogo! Necesito abrazar ya mismo una caléndula de cualquier
color.
Sonrió a medio labio, porque los buenos taxistas siempre están de
vuelta y yo era muy pichón. Conocedor de la Filcar, pisó el acelerador
y me llevó ululando a Las Heras y Malabia.
El puesto rebosaba de flores. Rosorojas, carmesinas, clitorianas.
Esta vez elegí la mas grande. Pasé un rato contemplándola.
Sabía que hacer. Miré el túnel y su esplendor.
Pero ahora, mucho mas tranquilo, mas canchero, pagué el pasaje y
caminé hasta llegar a Elisa.
Ella no era la misma. Yo tampoco...
Era mas vieja,..... y yo también.
Entonces, le tomé la mano y nos pusimos a conversar.




... INTERNET: ricardo.braun@newage.turbo.net


---
* Origin: ., (4:901/100)





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Leve Retina Nº 8 Pag. 16

= CUENTOS ======================================================= CUENTOS =
De : Luz Pearson 4:900/109.8
Subj : Hongo de Ciudad
==========================================================================
Luz Pearson, personaje de por sí muy luminoso que
colabora una revista zonal en la zona de Villa Crespo.
Sus cuentos tienen el modo escupitajo (sic). Eterna
olvidada en las menciones a los colaboradores en las
penúltimas páginas de las Retinas Leves. También
conocida como Luz. Por cierto, todos los mensajes
que hemos leido de ella, han sido borrados antes de
salir... La dama Pearson, a quién confunden con un
farol.


Hongo de ciudad
===============


La vio sólo una vez y en realidad, sólo vio su pelo oscuro, la bolsa
del pan y el diario. Ella ya había entrado en el ascensor y su mano
apenas se asomaba cuando cerraba la puerta.
Por meses había intentado verla, pero cuando finalmente sentía el
sonido de las llaves no se animaba a salir. Un pánico de verla y no
saber qué hacer, qué decirle.
El quinto "B" y el quinto "C" eran iguales. Dos rectángulos
divididos por una pared como por un espejo. El conocía cada uno de sus
movimientos. Radio AM y pasos ágiles de la cocina al baño, y de ahí al
cuarto o al comedor. El escuchaba sus ruidos como palabras que ella le
susurraba al oído. Un día se despertó particularmente solo y decidió
enfrentarla.
Del otro lado de la pared escuchó sus pasos hacia la puerta. Empezó
a temblar. Giró la llave en el mismo momento que ella lo hacía. Sus
codos se encontraron cuando salieron al palier y cerraron las puertas,
pero no se miraron. El miedo le impedía levantar la mirada del suelo.
Vio sus pequeños pies encerrados por la línea del mosaico, y sus dedos
largos, uñas color salmón aflorando de sandalias azules con finos
cordones que abrazaban sus tobillos. Ella, buscando algo innecesario en
su bolso colorado, caminó hacia el ascensor. El la siguió. Subió
lentamente por sus piernas, rozó su cintura pasando debajo del cinturón
de cuero y llegó a su espalda. Un solero blanco descubría sus hombros.
Los rulos marrones flotaban libres, hamacándose sobre sus omóplatos al
ritmo de sus pasos.
Entró al ascensor detrás de ella. Levantó apenas la mirada para
saludarla y apretó planta baja. Ella absorta en su propia imagen,
despejaba su frente mirándose al espejo. Sintiéndose observada deslizó
un dedo por su mejilla hasta el cuello, frenando en la orilla del
escote. Marcando una zona, denotando un lugar prohibido. El siguió el
ritual en silencio. Ella, deleitada consigo misma, se acercó aún más al
espejo y empañándolo con el aliento se quitó de un párpado pelusas que
jamás existieron. Después, con un soplido de apuro miró la hora girando
el reloj boca arriba. El lamentó que no lo dejara dado vuelta, chocando
contra su cadera cada vez que bajara el brazo. Luego ella detuvo su mano
y agarró decidida la manija colorada del bolso. El no le habló, sólo la
admiró, como desde una butaca.
--------------------------------------------------------------------------
Leve Retina Nº 8 Pag. 17

La vio irse mientras cerraba la puerta del ascensor; para volver a
abrirlo, subir y esperar que vuelva. Para seguir amándola, hasta que la
muerte los separe.




---
* Origin: Las hadas hacen muy rápido las cosas (4:900/109.8)














































--------------------------------------------------------------------------
Leve Retina Nº 8 Pag. 18

= GOLOSINAS ================================================== GOLOSINAS =
From : Leve Retina 4:900/109
Subj :
==========================================================================


Cera en pasta
=============

La relación entre la famosa estrella y su madre no había cambiado
demasiado después de su rápido ascenso a la fama, a pesar de que el uno
había tenido que soportar varios sermones acerca de los ídolos con pies
de barro y la otra tenía que volver a encerar el parquet cada vez que el
hijo la visitaba.


Matías Giovannini

---










= PUBLICIDAD ================================================ PUBLICIDAD =

Primero fue la luz... Nro.1: El surrealismo y Dalí
después Henry Miller filosófico
EL ENCENDEDOR Bob Dylan, inédito en español
-revista de cultura- etc.

Nro.2: Dossier: Cine, Historia y Política
Homenaje a Rimbaud
Búsquela en su Kiosko Claves para sobrevivir a la posmodernidad
etc.





Si usted, al igual que El Encendedor, desea publicitar en Leve Retina,
comuníquese con nosotros por Fax o Modem al 544-6241, por E-Mail a
Leve-Retina@appeal.uba.ar y por Fidonet a 4:900/109.99



==========================================================================



--------------------------------------------------------------------------
Leve Retina Nº 8 Pag. 19

= STAFF ======================================================== STAFF =
(en el presente número)

Editor irresponsable, compilador y diagramador:

Federico Joselevich (4:900/109.0 y fjoselevich@appeal.uba.ar)

Entrevistas, comentarios, respuestas, ayudas, notas, as, s.

Florencia Abbate (4:900/152.14 y 4:900/109.27)
Marcelo Alonso (4:901/102.4 y 4:900/109.19)
Federico Pilo Firpo (4:900/125 y pilo@appeal.uba.ar)
Matias Giovannini (4:901/335.2, 4:900/109.18 y mgiovannini@script.org.ar)
Juan Livingston (4:900/120.23 y 4:900/109.23)
Federico Novick (4:900/121.29)
Luz Pearson (4:900/109.8)
Analía Zygier (4:900/109.3)

Leve Retina en formato ejecutable para DOS

Analía Zygier (4:900/109.3)

Leve Retina en formato Word 6.0

Fernando Oscar Gonzalez (*)

Colaboraron en este número

Hernando Tejedor (4:900/125.15)
Gerardo Raúl Herreros (4:902/2.5)
Hernán Julio Cesar Pelliza (4:900/543.1)
Ricardo Braun (4:901/100)

========================================================================

Supuestamente, usted puede encontrar a Leve Retina en cualquier BBS
de la Región 90 de Fidonet (es decir, de la Argentina).

Leve Retina se distribuye en la Región 90 de Fidonet por el File-Echo
LEVE_RETINA. Consulte con su Hub/Host más cercano para mayor información.

En particular, los siguientes BBS distribuyen oficialmente Leve Retina:

Carreteras del Viento -- +54-1-544-6241 (Todos los días, las 24 horas)
Macondo BBS -- +54-1-300-2469 (Todos los días, las 24 horas)
Delta BBS -- +54-1-757-7349 (l a v 19 a 8, sáb y dom 24hs)

Existen versiones ASCII puro disponibles como LEVER00x.ZIP
Existen versiones ejecutables para DOS disponibles como LEVE-x.ZIP
Existen versiones en Word for Windows disponibles como LEVRETx.ZIP

Otros BBS que distribuyen la revista:

Segundo BBS : 653-5287 (22 a 4 hs)
Robert BBS : 788-2905 (0 a 8 hs)
--------------------------------------------------------------------------
Leve Retina Nº 8 Pag. 20

Cidihes BBS : (0 a 7 hs)
The Reset Project 962-6392 (las 24 horas)
Puerto Madryn BBS: El BBS más austral del mundo

Está disponible para file request en ART-NET :786-2688 (188:900/100.2),
en Osla-net, y en la mayoría de los BBS de Fidonet.
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Leve Retina existe gracias a la colaboración de los lectores. Si
usted desea colaborar con Leve Retina, envíe sus textos a cualquiera de
las direcciones mencionadas más abajo. Los editores no se comprometen a
publicar todos los textos recibidos.

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Colaboraciones, sugerencias, cartas de lectores, quejas, enigmas
dirigirlas a Leve Retina (rogamos enviar lo antedicho en formato ASCII
y, de enviarlo por correo, por diskette):

FidoNet 4:900/109.99
Internet Leve-Retina@appeal.uba.ar
Art-Net 188:900/100.2

Correo común y anticuado:
"Leve Retina"
P.I.Rivera 4164
Capital Federal (1430)
Argentina

Los diskettes recibidos no serán devueltos a los autores.

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opinión de quienes hacemos Leve Retina.

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tecnología siempre y cuando se aclare explícitamente la fuente (es
decir, esta revista) en donde debe constar: el nombre y número de la
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Leve Retina es el nombre de un poema de Arturo Carrera en su libro
"La Banda Oscura de Alejandro". Agradecemos su generosidad al
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