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Leve Retina Numero 03

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Published in 
Leve Retina
 · 31 Dec 2020

  
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Leve Retina (c)





(Revista Literaria de Repercusión Telemática)




Año 1 - Número 3. (Octubre 1994)


============================================================================

Leve Retina es el nombre de un poema de Arturo Carrera en su libro
"La Banda Oscura de Alejandro". Agradecemos su generosidad al
permitirnos utilizarlo para la revista.

============================================================================

Submission adresses: Internet: leve_retina@appeal.uba.ar
Fidonet : 4:900/109.99

Para información adicional, lea las últimas páginas de Leve Retina.

= INDICE ======================================================== INDICE =
Editorial ..................................................2
"Refugio del Pescador" (por Federico Novick)...................3
"Postales Planas" (por Matias Giovannini)......................4
"Invitación" (por Florencia Abbate)............................6
(sin titulo) (por Florencia Abbate)............................6
"Los siete doctores" (por Marcelo Alonso)......................7
(sin título) (por Mariano Vázquez).............................9
"Testamento 2" (por Federico Joselevich).......................10
"Raptos" (por Juan Livingston).................................12
"Ciclos" (por Adrián Noguera)..................................16
"El Poder de la Luna" (por Ana Abregu).........................16
"Carátulas" (por Luz Pearson)..................................17
"Fin" (por Diego Jäger)........................................18
Publicidades................................................20
Golosinas...................................................20
Misceláneos
Staff .........................................................21
Donde y cómo conseguir Leve Retina ............................21
Legales .......................................................22

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Leve Retina Nº 3 Pag. 1

= EDITORIAL ================================================== EDITORIAL =
(tierra) (1)
Leve Retina: (del lat. levis retïna) f. Anat. efecto producido en
los ojos por la larga exposición a los rayos catódicos de los
monitores de las computadoras. 2. Lit. ojo crítico aplicado a la
producción literaria.
(2)
Entre Junio y Agosto de 1994, en la ciudad de Santa Fé, estuvo reunida la
Convención Nacional Constituyente, ente que reformó algunos artículos de la
Constitución de la Nación Argentina. Algunas cosas fueron buenas y otras
realmente dejan mucho que desear. Quiero citar aquí de uno de esos (3)
artículos, la parte del Capítulo 4 de atribuciones del Congreso. En
particular, el inciso 19 del artículo 75 donde dice que "Corresponde al
Congreso:"
"19. Dictar leyes que protejan la identidad y pluralidad
cultural, la libre creación y circulación de las obras del autor; el
patrimonio artístico y los espacios culturales y audiovisuales."
(Artículo 75, inciso 19, in fine)

¿Que diversas interpretaciones se le puede dar a este artículo? )4()5(
¿Es ajeno a este país el pensar en una ley que, amparada en la protección
de este patrimonio artístico, prohiba las películas habladas en su idioma
original? Cosa que nos haría perder, por ejemplo, interpretaciones de
Shakespeare, ya sean éstas "Hamlet" o "Mucho Ruido y Pocas Nueces" o, alguna
versión rusa de "La Mujer del Perrito" de Antón Chejov, "Y la Nave va" de
Federico Fellini. Incluso terminarían traduciendo alguna película mexicana
dedicada a la vida de José Orozco. No nos olvidemos del trístemente célebre
proyecto de ley de Asis en donde se pugnaba por eliminar de las propagandas
publicitarias, todas aquellas palabras que no fuesen castellanas. Realmente
iba a ser divertido escuchar algún tipo de cosa como "Como Emparedados de
Jamón y Queso a mitad de precio" o el clásico Carreras vs Pibes de la
Boca. /6/
¿Es ajeno a este país el pensar en una ley que, amparada en esta
protección del patrimonio artístico, prohiba el intercambio de mensajes
por vías electrónicas con otras partes del mundo? No sea cuestión de que
los cipayos nos invadan con sus ideas; no sea cuestión de verse
contaminado con una cultura totalmente ajena a la nuestra como lo es la
española o la italiana; no sea cuestión que los bárbaros nos invadan el
arte. -7-
Entonces, ¿es ajeno a la realidad el pensar que las redes de
mensajería electrónica se salvaron -momentáneamente- del desastre? El
control Estatal que vendría de la mano de un "proteger la identidad y
pluralidad cultural", (insertando censores y diversos tipos de
administradores estatales para hacer valer esa supuesta pluralidad
cultural (?)), no nos tocó hoy, pero el mañana es sombrío. Es hora de
empezar a hacerse fuerte desde adentro, de levantar la cabeza y mirar
qué está pasando aquí y ahora. *8*

Federico Joselevich
(4:900/109.0@fidonet.org)
(fjoselevich@appeal.uba.ar)

(^9^)
PD para Marlonso: ¡Feliz Cumple, chei!

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Leve Retina Nº 3 Pag. 2

---
* Origin: Leve Retina (4:900/109.99) (cielo)

= POESIA ========================================================= POESIA =
De : Federico Novick 4:900/121.29
Subj : Refugio del Pescador
===========================================================================
Nació en 1973 y a los cuatro años leía historietas sin
parar. Acelerado, difícil, crudo, denso, sus poemas
generaron tanto desconcierto en las discusiones
telemáticas que se llegó a plantear la posibilidad de una
música adecuada para leerlos: "Bach. Concierto p. clave y
orquesta No. 1; BWV 1052; Orquesta sinfónica de Ottawa;
Dr. Thomas Mayor". También puede ser destructivo leerlo
con la sinfonía No. 6 de Beethoven, Pastoral, y Glenn
Gould en el piano (o lo que sea). Se caracteriza por
interrumpir cuando los demas hablan y tambien por las
continuas citas de Osvaldo Lamborghini mezcladas en todo
texto, charla o mensaje. Vive en Buenos Aires.

Refugio del Pescador
====================

Camina hasta el muelle
enroscado en otro momento
incompleto.
Las delicias de la mañana bebiendo
en un vasito de plástico quemado,
círculos de cigarrillo
donde el agua escapa
al encuentro de los peces de flúor
con la neblina.

El bote mueve la caja
de caimanes.
A través del aire
suena A mi manera:
los timbres únicos de una estación AM
vibran sincronizados
con la esfera del reel
y las moscas enganchadas en el sombrero.



El lago
abre dos líneas navegables
hacia un costado:
'El Escorial'
se disuelve antes de haberse caído,
en una tarde.

- alargando el cordel, más la ayuda de las percas
puedo trabar la hélice
con el viento.

--------------------------------------------------------------------------
Leve Retina Nº 3 Pag. 3



Nos sacamos las botas y los
trajes de agua (¿para ingresar
al agua, no los necesitamos?)

El fondo del bote está construido
en fibra de vidrio,
como un juego mecánico
inmóvil.

Todos los hilos y las moscas y caimanes
impiden el arranque salvador. Los remos:
casi destrozados, con bordes mordidos por
peces gigantes, colmillos enterrados
en la arena.

Ahora una arandela
en el lugar exacto
acelera la partida de esta playa.

= CUENTOS ====================================================== CUENTOS =
From : Matias Giovannini 4:900/109.18
Subj : Postales Planas
==========================================================================
Matías Giovannini nació un caluroso el 30 de Enero de
1972 (o por lo menos eso le dijo mamá que lo tiró a la
pileta a los veinte días). "Desde entonces -dice- no he
hecho mucho, salvo que me agarro el berrinche de
escribir". Interlocutor astuto e ilustrado asustóse
cuando se dió cuenta de que Leve Retina realmente
existía.

Postales planas
===============
(Recuerdos del camino entre Neuquén y Zapala,
pleno verano, plena siesta.)


Entonces Jesús fue movido por el Espíritu a subir
al desierto para que fuese tentado por el diablo
Mt. 4, 1


13:45. Hay desierto allí, y nadie es el desierto porque no hace falta, porque
sería demasiado; como si la gente de aquí todavía pudiera darse el lujo de
sentirse sola. Y allí hay ese camino recto que sube apenas, que sube siempre
recto; una cinta de polvo en medio del polvo. Dividiendo el polvo.

13:47. Y viento. De izquierda a derecha--de sur a norte--, o de derecha a
izquierda; pero viento siempre, viento constante, y el polvo dándole forma al
viento. Un tornado que se forma al sur, tratando de cortar el camino y yo voy en
línea recta hacia el remolino que es visible de puro polvo, y no sé si frenar o
acelerar y mejor cierro las ventanillas del auto. Siento el bandazo, el sacudón;
y--al mismo tiempo que el olor a tierra--me llena la mente la imagen de tu
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Leve Retina Nº 3 Pag. 4

vientre cubierto de polvo como esta ruta. Tu ruta de arriba hacia abajo. Creo
que de tanto dar vueltas, por estar tan lejos, ya estoy viendo espejismos: una
columna de calor que bloquea el horizonte, un globo de aire caliente que sube y
estalla. Y Zapala está todavía tan lejos. Y este Falcon es tan lento.

14:24. Un parador al borde del camino para quitarme con cerveza el gusto a
arcilla. Casi al mismo tiempo que yo se detiene un camión ocre y baja un
muchacho que también debe querer cerveza para escapar de la tormenta de viento.
Se refriega los ojos y mira el parador, y se me ocurre que quizás está evaluando
sus posibilidades de encontrar algo de diversión barata. El cartel dice
billares. El viento me está poniendo frenético, y se ve que al muchacho también,
porque sólo nos toma algunos segundos conseguir lo que buscamos.

15:03. Me parece estar andando desde hace días; y el gusto de la cerveza se me
va perdiendo en el fondo de la garganta, y tanto calor ¡Dios! que creo que me va
a estallar la vejiga. Parar y mear en la banquina: tu recuerdo incomodándome la
mano y el roce del polvo contra mi verga.

15:12. De vuelta en camino, y ¿qué estarás haciendo, muchacha? Te imagino en el
jardín, entre los jazmines, leyendo al sol en una reposera amarilla sin darte
cuenta de cómo se alargan las sombras de los árboles mientras que yo lucho
contra el desierto en el Falcon viejo. Estarás leyendo quizás la sucia historia
del otro enemigo. Esa misma historia que tanto te gustaba que yo te leyera de a
párrafos, cuando todavía eras inocente.

15:53. Polvo, y viento. Y más polvo. Un indio tallado indicando una gomería, y
un cartel con faltas de ortografía, y el sol encima. El sol incandescente de la
patagonia que cae como una flecha sobre mi auto, sobre mi nuca, haciéndome
sentir como hierro al rojo blanco. Un pájaro da vueltas en el cielo girando con
locura térmica. Busca algo para comer, una rata o una mara; mejor sería que
comiera las mariposas que me decoran de a poco el parabrisas. Sigo con la boca
seca, pensando en vos y en este camino que está más vacío que un embudo y en las
ilusiones ópticas que llevo a cuestas.

16:04. No soporto más el calor, el polvo, el desierto. Saco una cerveza caliente
del bolso y la abro; por lo menos es un cambio. La temperatura baja unos grados
ahora pero no me abandona la sensación de estar andando sobre una ruta de hierro
fundido. La cerveza me recuerda al perfume de flores podridas por el calor del
verano en tu jardín obsesivamente verde. No hay nadie, no hay casi nada en este
desierto. Una liebre que se me cruza y el golpeteo de la carne contra el
guardabarros, hasta que los últimos restos se pierden pegados al asfalto. Voy a
tener que lavar el auto cuando llegue.

16:32. La única curva del camino, antes de entrar a Zapala. El cerrito a mi
izquierda como un mojón, como tu pecho izquierdo, me dan ganas de gritar cuánto
te quiero a la distancia, o de decirle al desierto qué acompañado me siento con
tu fotografía colgando de una cinta roja del espejo retrovisor; pero tal vez me
equivoque, tal vez siempre me haya engañado. Una confirmación; me llega puntual
la náusea de la mentira--un dolor en el plexo, quedarse sin aliento--mientras
miro por el espejo retrovisor cómo se aleja ese cerro cónico, casi al alcance de
la mano, solitario como yo, aislado. Y el desierto sigue, Zapala es sólo una
posta más. Me consuela pensar, por lo menos, que te soy imprescindible, o que a
veces nadie se siente tan desierto.


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Leve Retina Nº 3 Pag. 5

= POESIA ========================================================= POESIA =
From : Florencia Abbate 4:900/152.14
Subj : Invitacion
===========================================================================
Florencia Abbate, joven poeta argentina (bah, como
casi todos aquí). Directora de la revista
cultural "El Encendedor". También conocida como
Florenciabbate y como Floretabbancia.


Invitación
==========
Sólo para mirarte
me vuelco y me revuelco
para mirarte
Calco la soledad
devuelvo la angustia
y simplemente música
Si vas a enamorarme
avisame
ya son casi las nubes
y llueve río frío
con nostalgia de mar dulce
Jugate jugame
Yo tengo mil capullos
para los viajes

---

= POESIA ========================================================= POESIA =
From : Florencia Abbate 4:900/152.14
Subj : (sin título)
===========================================================================

============

Como hipócritamente brillan
bajo ese sol enfermizo
quiero que estallen
que un largo sueño los lleve
macabro viaje
Veneno vertido despacio en mi oído
son sus palabras
Todo lo mío es clandestino
porque viola
el circo de sus reglas
Sola y en total oscuridad
espero un beso
pero su celda implacable
no tiene
ningún intersticio
Piensan que he muerto
pero nadie
pide mis cenizas
Durante el día
--------------------------------------------------------------------------
Leve Retina Nº 3 Pag. 6

Dios esconde las verdades
Por la noche
yo salgo a robar.

---

= POESIA ======================================================== POESIA =
From : Marcelo Alonso 4:901/102.4
Subj : Los siete doctores
==========================================================================
Marcelo Alonso, Marcelonso, Marlonso, un fundamentalista
literario (dígolo después de leer sus "Fundamentos
Literarios"), ex-docente universitario, con una edad que
tiene una cota menor en los 24 años y una mayor en los 24
años, se define como un "Joven participante de las
redes", quien hace pocos años redescubrió el placer de
escribir "(después de reponerme de una experiencia cuasi
'Saint-Exuperyesca' a los 12... -'Mirá las pavadas que se
pasa escribiendo!'- Lo de las pavadas no ha cambiado,
sólo he aprendido a aceptarlas y a no desecharlas (-8 )"

Los siete doctores
------------------


Es de noche, muy demasiado de noche. Las ventanas altas y viejas,
telarañas de hierro negro tejidas sobre vidrio esmerilado. Vidrio
transparente a medias.
Sugerente de formas, el vidrio deja pasar
un poco de las sombras que hay detrás.

Se podría decir que no hay paredes. Que los enormes ventanales sólo
están sostenidos en su parte de la existencia por el esfuerzo del
observador, ese esfuerzo de que no haya sólamente noche en su
percepción.

No puede abrir los ojos. No puede hacerlo
completamente; una rendija, las pestañas
filtran la visión.


Es el Hospital de las Almas, detrás de sus paredes nocturnas, por
siempre nocturnas, los doctores se apremian alrededor de bultos
yacientes sobre camastros oxidados.
Los azulejos miran con ojos amarillos a las lámparas colgantes,
desnudas bajo el cielorraso. Los azulejos verdes. Los azulejos blancos.
Los azulejos negros.


Sabe también que si entra no verá a nadie,
los corredores estarán tan dolorosamente
silenciosos que


Un grito, uno sólo. Los doctores, con sus cartujos negros, de
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Leve Retina Nº 3 Pag. 7

caperuzas cónicas y elevadas en dignidad, miran el cuerpo. Han efectuado
los ritos sobre él. Una monja les ha traído los Instrumentos
Quirúrgicos.


Sobre su pecho colgaba un crucifijo de
pura plata negra. La cara del Moribundo,
ojos cerrados, dolor, opacas espinas en su
frente.


Esperan a que llegue la Medianoche. Aunque el tiempo no parece
moverse, las nubes giran, allá arriba, acariciando la faz oculta de la
luna.
La monja, sus labios cosidos en eterna mudez; los doctores, silencio
expectante, las cabezas encapuchadas inclinadas en grave meditación.

El silencio pesa sobre el Hospital de las Almas.


Acaricia el ladrillo. Tal como lo
esperaba, no está ni frío ni tibio, sólo
es áspero y húmedo. La niebla lo acaricia
y


Puertas de madera, talladas con formas mohosas. Pasos. El sacerdote
se acerca. Pasos.

Los doctores, resignados, abren su círculo alrededor de la camilla.
Un calor enfermizo, una fiebre terminal bullen sobre el yaciente. La
monja cierra sus ojos. Hay cierta misericordia en sus manos.


piensa que quizás, si pudiera abrir los
ojos sería todo diferente; si pudiera
encontrar un camino de regreso. Sus dedos
susurran sobre la pared, buscando grietas
en el ladrillo.


El sacerdote está a la cabecera del paciente. Con la serenidad que le
da saber que hay toda una noche por delante, miles de horas quizás, mira
apenas a cada uno de los doctores. Siete expectativas. Siete
inrespuestas. Siete introspectums.


En su boca, gustos dulces, empalagosos,
tan dulces que se tornan salados,
asquerosamente salados. Vomitivos. Hay un
gran interrogante que le hiere.


"Es mío entonces." La voz grave del sacerdote. Apenas audible y
profunda. Los doctores se alejan hacia el final del cuarto y salen por
--------------------------------------------------------------------------
Leve Retina Nº 3 Pag. 8

la puerta. La puerta se cierra tras ellos, grandes dibujos marcados
sobre la madera. La monja sostiene la vela en sus manos. El sacerdote
apaga las luces del recinto.


El Hospital de las Almas frente a sus
ojos, las luces de la ventana, arriba, se
apagan.





Marcelo Alonso
12-06-94

---

= CUENTOS ======================================================= CUENTOS =
De : Mariano Vázquez 4:900/109.99
Subj : (sin título)
===========================================================================
Mariano Vázquez, también conocido como "El
Moroco", ingenioso escritor, pertenece a la
nueva generación de periodistas argentinos.
Suele recorrer el underground porteño montado en
un transatlántico de colores amarillos y colores
azules.


==========

Salí a caminar, por primera vez, por la periferia de mi
ciudad interior. Recorrí la ausencia de un pueblo en mi memoria.
Los dueños de mis horas en el siglo de la tierra y las
fortalezas, en el siglo de los esclavos con los dientes en la
garganta y el sol sobre sus costados mientras violentaban los
bosques y las selvas, que en el oro de la época, que es el metal
divino de los tiempos, que tiene más poder que mil ejércitos del
reino infinito de los "voladores". Millones de hombres como
hormigas, millones de hombres enterrados en el barro de la
opresión, enterrados en la ciénaga funeraria de los huesos que
se astillan y se corroen. La médula osea que estalla en mil
pedazos, que estalla desde dentro del enriedo y la confusión de
carne, órganos y arterias, hasta la tierra surcada que se
convierte en testigo.
El hombre llora dentro del castillo del rey amputado, el
hombre llora con sus cascotes del dolor en la espalda torcida de
su columna-mendrugo, el hombre llora sobre su baldosa. El frío
penetra en la piel llagada, lastimada. Piensa desde la carcel de
su alma, piensa desde el exilio de su alma. Su mente que elabora
estrategias, que elabora planes y escapatorias, su mente
aplanadora de señuelos, de barcos fantasmas, de cadenas en las
muñecas, en los tobillos y en el cuello, de grillos en los
tendones que se cortan, De caminos y rutas que no unen
--------------------------------------------------------------------------
Leve Retina Nº 3 Pag. 9

libertades, carreras vertiginosas y huidas sigilosas.
Las espadas con empuñaduras de roca; el metal serrucha
infinitamente, descuartiza y degüella. Las espadas convierten a
los cuerpos en leprosarios. Las espadas se alzan en nombres
divinos, en enviados interestelares. Las espadas se hacen cumbres
para seccionar a los guerreros confundidos entre los hígados y
los riñones putrefactos de los animales muertos por el cólera
navegante. Las espadas se hacen montañas, se hacen avalanchas,
se hacen caída, se hacen histeria, se hacen surcos, se hacen
manjares, se hacen golpizas, se hacen masacre y se transforman
en todos los dioses de la mitología popular del cielo oriental
y se convierten en remolinos de vientos y rasguños, en
torbellinos de filos y lindes. Las espadas invocan a la muerte-
centuria, las espadas se autoengañan, se hacen sueños, huracanes
y odios. Las espadas con signos tallados se ensañan con los
órganos genitales de los esclavos de la tierra, los esclavos del
sol y de la luna que es el cielo.



Mariano Vázquez

---

= POESIA ======================================================== POESIA =
From : Federico Joselevich 4:900/109
Subj : Testamento 2
==========================================================================
Federico Joselevich, nacido el 23 de diciembre de 1972;
operador del BBS Cultural Carreteras del Viento (perdón
por el chivo); veterano de tres años de antigüedad en las
redes de mensajería electrónica; coordinador de Fidonet
Argentina desde noviembre de 1992 hasta noviembre de
1993; según los medios: pelirrojo, menudo e inquieto;
también conocido como Fedelevich.

Testamento 2
============

En mi muerte yo no pienso
si sólo tengo veinte años más uno
y no pienso en mi muerte
porque mi legado es simple o no es
A quienes quieran un legado
les dejo un currículum
¡que se ufanen en citar
trabajos malpagos y status adquiridos!
para Ellos mis palabras vanas
para Ellos mis sinsabores y títulos
que escriban en bastardilla,
subrayado y resaltado,
con signos diversos,
y que mueran al hacerlo,
con colores o en blanco y negro:
"Produjo"
--------------------------------------------------------------------------
Leve Retina Nº 3 Pag. 10


A Los Otros no les lego
mi poesía vana
a Los Otros van mis pesares
y mis dichas
Los Otros las entenderán
Les dejo mis canciones
nunca hechas
mis arcoiris y castillos de cristal
para Los Otros son las cartas
los sabores y los olores,
el tacto, el gusto
y la poesía
A Los Otros les lego mis ojos
mis manos y mi corazón
A Los Otros no les lego un currículum
les doy mi permiso
para putear y distraer
a mis palabras vanas
para que digan y redigan
A Los Otros les lego
mi risa auténtica
la que pocos escucharon
les dejo que
elijan lo material
porque no lo hicieron antes (porque no lo harán)
porque ellos reirían al verme aquí
con mis lágrimas internas
que no dejan cicatrices a la luz del día
que las dejan para la noche
para cuando -y Los Otros entienden- uno está solo
cuando esto solo
A Los Otros les dejo mi soledad
y también mi compañía
a pesar y con pesar
les dejo mis lágrimas más profundas
de tristeza
de felicidad
les dejo mi arcoiris
y también mi volar
Extiendan las alas y vuelen
jueguen carreras en el viento
mirenlos a Ellos reirse
y rían también
Ellos nunca entenderán
ustedes, Los Otros, sabrán
que yo también reí,
infinitamente
reí hasta morir
con las olas arriba
con las olas abajo
pero reía volando
arriba con ustedes
en la cuesta de la ola
en el fondo del pozo.
--------------------------------------------------------------------------
Leve Retina Nº 3 Pag. 11


A Los Otros les lego
mis palabras vanas
para que simplemente digan:
"Vive"

Federico Joselevich
22/Feb/1994
03:10 hs
"En Casa"

---
* Origin: Carreteras del Viento +54-1-544-6241 24 hs (fidonet.org 4:900/109.0)

= CUENTOS ====================================================== CUENTOS =
From : Juan Livingston 4:900/109.23
Subj : Raptos
==========================================================================
Aún cuando pugne por decir, afirmar, aclarar y gritar que
"Nada de lo que hice es representativo de mí", podemos
destacar el hecho de que, en el período 1989/1993 fue
"Redactor y editor irresponsable del boletín mensual
Periodismo por Periodistas", entre otras labores
realizadas (que prefiere no mencionar). Sin embargo,
ahora nos deleita con cuestiones de alta índole como la
que viene a continuación:

Raptos
======

"He decidido confesar. Para ello, voy a explicar lo más
minuciosamente posible la historia de mi participación en
estos hechos, limitándome estrictamente a lo que a mí me
concierne, que es lo único que conozco sobre el caso. El
objetivo de esta decisión es terminar de una vez por todas con
lo que el periodismo parece insinuar desde hace tiempo:
prácticamente me acusan de ser el responsable de estos
secuestros seguidos de asesinato que vienen ocurriendo desde
hace ya más de un mes en nuestro país.
"Ocupo desde hace cuatro años un gran departamento, en el
que vivo junto con dos amigas. Estas mujeres son bisexuales, y
son mis amantes.
"Hace un tiempo que estas amigas tomaron una curiosa cos
tumbre: raptar mujeres -cabe aclarar que actualmente han aban
donado esa actividad-. No se trataba de secuestros, ya que
nunca pidieron un centavo por ninguna de sus víctimas;
simplemente las raptaban.
"Mis amigas tenían, se puede decir así, una percepción
especial a la hora de atrapar a sus presas. Reconocían sin
ningún margen de error a la víctima ideal, que al principio
-como es de esperar- se resistía enérgicamente al cautiverio a
que la sometíamos, pero no tardaba en aceptarlo (e incluso de
muy buena gana). Es por eso que jamás fueron denunciadas
nuestras actividades.
"Todo empezó un tibio día de verano, mientras yo dormía una
--------------------------------------------------------------------------
Leve Retina Nº 3 Pag. 12

siesta. Lo que ví al despertarme no me extrañó demasiado, ya
que siempre ocurren cosas raras cuando uno se despierta de las
siestas. Mi plácido sueño fue interrumpido por un insistente
llanto de mujer, y cuando abrí los ojos (desde mi cama se ve
la puerta de entrada sin ningún obstáculo en el medio) pude
ver a mis amigas que entraban a la casa sujetando a una
desconocida que no paraba de debatirse, gritar y llorar.
"Durante aquella siesta seguramente había tenido un sueño
muy erótico, porque al ver a esa hermosa chiquilla en mi casa
me sentí poderosamente excitado. Y mi excitación fue tan
grande que anuló mis principios morales y religiosos que me
habrían llevado a interceder inmediatamente ante aquel
atropello de mis amantes, a quienes habría obligado a dejar en
libertad a su adorable presa. Pero en ese caso en particular,
y no sé bien por qué, decidí no poner traba alguna en los
procederes de mis amigas, y permití que la chica permaneciera
con nosotros.
"Siempre tratamos a la niña con toda corrección. Incluso,
durante toda la primera semana de convivencia con Julia -ése
es su nombre-, jamás abusamos sexualmente de ella. Creo que
ninguno de nosotros sabía muy bien por qué estaba ella en
casa. Jamás le pregunté a mis amigas por qué la habían traído.
Nos limitábamos a hablar de ella. A todos nos gustaba mucho y
generalmente comentábamos eso, pero jamás nos cuestionamos si
debíamos o no dar rienda suelta a nuestros deseos.
"Los nombres de mis amigas (no daré sus apellidos) son Flo
rencia y Camila, y hasta ahora no había comentado que los tres
nos amamos locamente. Durante su primer día en casa, Julia no
había parado de gritar casi en ningún momento. Camila,
Florencia y yo llegamos a ponernos de muy mal humor, cosa que
no nos ocurre casi nunca. Llegamos a dudar de si algún día
Julia decidiría dejar de gritar y llorar. La primera vez que
paró de llorar fue para dormir, después de que Camila le dio
un tranquilizante. A la mañana siguiente, empezó a sollozar
casi antes de despertarse, en seguida empezó a soltar
desesperados gritos, que duraron sólo unos minutos. Florencia
le insistía en que hasta que no parara de gritar no le
explicaría por qué había sido raptada. Eso pareció convencer a
Julia, aunque hasta el día de hoy no recibió esa explicación.
De todos modos ahora ya no le interesa.
"Desde que gozamos de la agradable compañía de Julia, de
cidimos que en ningún momento la dejaríamos sola. Y como mis
novias -llamémoslas así- se veían obligadas frecuentemente a
permanecer fuera de la casa a causa de sus ocupaciones
laborales, yo me encontré más de una vez y por largo tiempo a
solas con Julia. En esas oportunidades, mi imaginación empezó
poco a poco a trabajar en un sentido cada vez más
monotemático. Mi mente fue siendo copada por una serie de
imágenes recurrentes que, a pesar de ser variadas, pertenecían
todas a distintas partes del cuerpo de Julia. Y muy pronto
dejaron de ser sólo imágenes estáticas para transformarse en
escenas con movimiento, que empezaron siendo algo así como
cortometrajes y más tarde fueron extensas películas que
alcanzaban varias horas de duración ininterrumpida.
"Un día tomé conciencia de algo que me preocupó, y que ocu
--------------------------------------------------------------------------
Leve Retina Nº 3 Pag. 13

rría desde hacía varios días: descubrí que esperaba con mucha
ansiedad los momentos en que Florencia y Camila dejaban la
casa para quedarme a solas con Julia. Cuando esto sucedía, la
situación se cargaba de un erotismo que me hacía temblar las
piernas. En cuanto salían mis amantes yo me dirigía al cuarto
donde teníamos encerrada a Julia y me quedaba a solas con
ella. Los primeros días casi no nos hablábamos. Yo la miraba
en silencio y ella no me sacaba la vista de encima. Esa mirada
tenía una expresión triste y casi suplicante que me excitaba
locamente. Entonces le sugería que se bañara. Y ella siempre
me obedecía, porque Florencia ya le había dicho que cuando
quisiera bañarse se lo pidiera, pero ella, como en esa época
no tenía mucha confianza, nunca nos pedía nada. La primera vez
que se lo dije, tomé la precaución de retirar del baño todas
las toallas y las había llevado a mi cuarto. La idea era que
ella me pidiera una y entonces yo se la alcanzara y la viera
desnuda. Pero esa vez no lo hizo. La vi salir del baño
empapada pero completamente vestida.
"La segunda vez que me quedé a solas con ella ocurrió algo
parecido: en cuanto le propuse que se bañara se levantó
inmutable de su cama y entró al baño. Esa vez yo había sacado
el jabón. Su reacción consistió en salir del baño a los pocos
segundos de haber entrado.
-¿Qué pasa, no te vas a bañar? -le pregunté.
-No hay jabón -fue la respuesta que me dio, sin siquiera mi
rarme a la cara ni detener la marcha hacia su cuarto.
-Bueno. Pero volvé al baño. Yo ahora te lo llevo.
"Los momentos que siguieron fueron muy angustiosos para
Julia y para mí. Ella había vuelto al baño y yo esperaba
impaciente escuchar el ruido de la ducha para entrar con el
jabón. Esperé mucho tiempo sin éxito, hasta que me decidí a
entrar y la vi parada, inmóvil, frente a la puerta. Por
supuesto, estaba vestida.
"La tercera vez probé un método algo más directo:
-Julia, si querés podés bañarte ahora -le dije, y cuando
estuvo a punto de abrir la puerta del baño, agregué:
-Esta vez te quiero mirar.
"La dejé entrar al baño pero, en lugar de seguirla, me
dirigí a mi cuarto. Me tiré sobre la cama y me abracé a mi
almohada como siempre había querido abrazar a Julia. La mordí,
y me quedé así, esperando y pensando. Mi corazón casi me hacía
doler con sus latidos desaforados, que se hicieron
insoportables cuando escuché el ruido de la ducha que se
abría. Cerré los ojos y pude ver claramente el alucinante
cuerpo de Julia que se iba mojando de a poco. Pude ver sus
pezones que se endurecían bajo la lluvia fría de los primeros
segundos. Pude ver cómo el agua iba recorriendo el vello de su
pubis... Ella no me había dicho nada cuando le anuncié que la
miraría. No me lo prohibió ni lo aceptó. Tendría que estar
nerviosa... Tendría que estar desesperada tratando de adivinar
si yo entraría al baño alguna vez. Se tendría que estar
preguntando por qué no lo hacía... Pero yo mismo no sabía bien
por qué no entraba. En realidad me daba un intenso placer
alargar esa espera todo lo posible. Me costó levantarme de la
cama. Mis piernas apenas me podían sostener. Llegué casi
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Leve Retina Nº 3 Pag. 14

agonizante a la puerta del baño. Ahora era yo el que estaba
atormentado por una duda: ¿la puerta estaría trabada? Acaricié
el picaporte durante varios segundos, dejando que la duda me
provocara ríos de excitación a través de todo el cuerpo.
"Por fin dejé que mi mano abriera la puerta y traté de
entrar lo más lentamente posible, lo que dio como resultado
una velocidad bastante normal. Mientras avanzaba hacia adentro
se me cruzaban por la cabeza miles de películas a gran
velocidad. En algunas de ellas, Julia estaba vestida y
escapándose por la ventana; en otras se estaba masturbando, y
en algunas la encontraba llorando angustiosamente, aferrada a
las cortinas de la bañadera. Pero en seguida todas las
películas le abrieron paso a lo que estaba frente a mis ojos:
Julia se estaba bañando con toda normalidad. Se veía su sombra
detrás de las cortinas, que no la llegaban a cubrir del todo.
"No podía dejar de mirar a través del angosto espacio que
dejaban las cortinas sin cubrir. A pesar de que los
movimientos de Julia no eran veloces, yo apenas podía llegar a
adivinar las partes de su cuerpo que quedaban a la vista. Creo
que el momento más emocionante fue cuando se lavó el pelo. Uno
de sus pezones aparecía y desaparecía entre las cortinas, y
pude verlo, y pude desearlo descontroladamente.
-Te estoy mirando -le dije, y ella no me contestó.
-¿Sabés que te estoy mirando? -insistí.
-Sí.
"Levanté cuidadosamente toda la ropa de Julia, que estaba
tirada en el suelo, y me la llevé a su cuarto, donde me quedé
esperándola. Julia entró al poco rato, envuelta en una toalla,
y me preguntó si la iba a mirar cuando se vistiera. Le
contesté que sí, y la llevé al cuarto de mis amantes para que
eligiera la ropa que se pondría (...)".
El hombre cerró el periódico. Le extrañó mucho que un
diario tan serio publicara una nota de opinión de esa
naturaleza. Tenía que leerla toda, pero ya era hora de ir a
trabajar. Recortó el artículo, lo guardó en su saco y fue a
buscar su auto al garage del edificio. Salió por Marcelo T. de
Alvear, como siempre, y a peasr de que en esa época del año el
sol aparecía justo entre los edificios y lo encandilaba hasta
que tomaba la 9 de Julio. Sabía que no debía seguir leyendo
mientras manejaba, ya que la última vez que hizo algo así fue
cuando provocó un choque en cadena que le costó esa cicatriz
en la cara. "A las mujeres les gusta", recordó, pero pensó que
el próximo accidente podría costarle la vida.


---









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= CUENTOS ====================================================== CUENTOS =
From : ADRIAN NOGUERA 4:900/587
Subj : Ciclos
==========================================================================
CICLOS.

En los mejores momentos de la vida poco se valora lo esencial. Es tan facil
subirse a una realidad mejor y distinta. Pero eso no acurre siempre asi.
Mirando la TV veo el dolor y el hambre, la tristeza y la amargura. Pero
cambio y ahi esta el lujo y el poder, la ambicion y gloria.
En la vida aun sin control, en siertos momentos nos pasa. Un dia nos levanta-
mos y nos sentimos los mejores, hasta que vemos como nuestro medio de trans-
porte se va raudamente dejandonos sin la posibilidad de llegar a ese horario
marcado.
Aunque en el dia, como en la vida, todo continua a su ritmo. Llegamos a ese
lugar donde nadie debe mostrarse como es. El reloj camina, nunca corre,
hasta que nos piden ese trabajo urgente y acelera sus pasos. Llegaré?, quien
lo sabe.
Es la mitad del dia, punto de encuentros de algunos y descanso de otros. Esa
media hora que cada vez es mas corta. Y regresar al ritmo, todos toman sus
puestos como en una máquina enorme.
Las 4, 5, 6 y el final. El final de todos y la carrera desesperada del regreso.

Pero para descansar hay que luchar por un lugar. Un empujon, un insulto, mira-
das que se cruzan y por fin llegar.
Y asi puede pasar toda nuestra vida, sin valorarnos a nosotros mas que a un
objeto que compramos. Porque aun en esos momentos siempre tendremos cosas para
rescatar, para darnos cuenta que vale la pena vivir la vida, aunque no lo
parezca.

---
* Origin: (4:900/587)

= CUENTOS ====================================================== CUENTOS =
From : Ana Abregu 4:900/610.3
Subj : El Poder de la Luna
==========================================================================
Ana Abregu, misterioso personaje de las redes, de
edad desconocida, datos filiares desconocidos,
apariencia desconocida y personalidad fuertemente
conocida (snif!). Hay quienes pretenden creer que
es únicamente un significante perdido en el cable
del teléfono. Otros no pretenden nada.

El Poder de la Luna
===================

La luna está pintando la casa. Y no de blanco como
podría sospecharse, sino de verde. De musgo. De aliento
vegetal.
Hay criaturas distraídas que habitan la casa cuando la
luna la está pintando de verde, un grillo, una mujer, yo y
otros insectos.
La casa tiene un aspecto más sólido después. Parece
que a los otros no les resulta nada extraño. La luna pasó
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Leve Retina Nº 3 Pag. 16

así, moviéndose lentamente como una pesada plataforma de
metal ceniza, arrastrando con su estela una belleza que
desperdicia tontamente cada noche.
La mujer se acerca al balcón y me mira. Y la ausencia
del día se me dispone en la garganta como un deseo que
crece, inminente: de exhortar, de sonreírle. De cantarle
con voz de bestia reducida.
Es obvio que no sabe que estoy verde por culpa de la
luna. En sus ojos se instala la intención de cacería. Ojos
que no respetan mi vanidad masculina. Sé que por ahora ella
me ve verde, resbaladizo, frío, y traicionándola con la
luna.
Si no estubiera sometido a la voluntad superior de la
luna, que me ha pintado de verde, podría explicarle a esta
mujer con labios para disfrutar, que en vez de ofrecerme a
la muerte, ella podría, con un beso, desprestigiar
a la luna.

---
* Origin: La Amante del Otro ! (4:900/610.3)

= CUENTOS ====================================================== CUENTOS =
From : Luz Pearson 4:900/109
Subj : Carátulas
==========================================================================


Carátulas
=========


En un pequeño cuarto de un hotel viejo de una ciudad vieja y oscura, una
mujer de pelo claro y ojos grandes se pasaba las noches leyendo.
Prefería las novelas de heróicos caballeros ocultos en yelmos, pero su
elección era básicamente por el brillo de los lomos, la dureza de las
tapas (capaces de sostener al libro en pie), el aroma de las hojas, la
calidad del papel. También le interesaban las tipografías, aunque podía
llegar a leer algo que no tuviera las A con panza y la cola de las Jota
enrruladas. Lo que no podía pasar por alto eran las páginas ásperas,
esas que convertían cualquier trazo de lápiz en una larga gata peluda.

Leía a gran velocidad. La ansiedad por llegar al final era parte de la
diversión de la lectura, o mejor dicho, del dibujo. Cuando se acercaba a
las últimas páginas las manos le temblaban excitadas. Nerviosa, miraba
los lápices, controlando las puntas y empezando a calcular qué colores
corresponderían al relato.

Al terminar un libro, volvía a la primer página (la del lector, la que
los escritores ponen para que cada uno dibuje su propia carátula,
decía); y, según lo que los libros le provocaran, ilustraba la inutil
hoja blanca.

Todo libro merecía un dibujo. Aún los más aburridos le inspiraban algún
garabato, o laberinto de color, o líneas perdidas silenciando el vacío
del papel.
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Leve Retina Nº 3 Pag. 17


Hasta que leyó un libro delgado que encontró en una librería de
ediciones olvidadas, en una caja repleta de revistas y mapas. Una obra
anónima, una auténtica historia caballerezca, pensó.

Al terminarlo volvió a la primer página, pero no la dibujó. Cada
temblorosa línea que trazaba se disolvía en sus lágrimas. Su llanto
inundó el libro como una canilla rota. Y, luego de horas de sollozar,
las letras se fueron lavando, borrándose.

El libro no era un romance. "Carátulas" era la historia de una mujer de
pelo claro y ojos grandes que solía ilustrar la primer hoja de todos los
libros que leía. Hasta que se topó con uno que no pudo dibujar, y que,
emocionada, borró con sus propias lágrimas.

---

= CUENTOS ====================================================== CUENTOS =
From : Diego Jäger 4:900/109.99
Subj : Fin
==========================================================================
Diego Yäger es, quizás, el exponente


Fin
===

Una inesperada serenidad iba adueñándose de René. El había
creído, antes del asesinato, que la sangre se convertiría en un
estimulante, que ahogaría su naturaleza apocada.
En algún lugar había leído que para alcanzar la santidad hay que
saciarse de pecado. No era realmente la santidad lo que buscaba,
pero la excusa era fascinante. Necesitaba un cambio brutal, una
salida de la cárcel de caras grises y papeles anónimos. Sabía
(años de sueños aplastados se lo habían enseñado) que no era el
éxito su apuesta segura. Lejanos ya los días en que el empleo era
sólo por ahora, hasta que se concretara éste o aquél negocio.
Años desvanecidos, oportunidades idas, y nada. Ahora que el éxito
ajeno lo aplastaba tanto como su propia chatura, reflotó esa idea
que alguien había impreso: tabla rasa, destrucción moral y
edificar sobre los escombros.
¿Y cómo se saturaba de pecado ? Necesitaba una transgresión
fuerte, dura, que lo llenara de orgullo. Sería secreta, él no
tenía la ventaja de los poderosos, la protección de los fuertes
ni la coraza de la fortuna. Casi ateo, sin padres, habituado a la
blasfemia y a los prostíbulos; cinco de los diez mandamientos (si
los hubiera podido recordar) ya no le servían para nada. Barajó
inútilmente un robo : si supiera robar, lo hubiera hecho hacía
tiempo.
El terror le impedía acercarse al sexto mandamiento. (Pero el
crimen y el pecado se parecen demasiado cuando Dios no cuenta,
cuando el adulterio y la mentira no asustan). ¿Cuántos son los
actos que nos quedan para hundirnos en el barro que precede a la
pureza ? La conclusión absurda y cruel se le fue imponiendo. Lo
acosó camino al trabajo, en el sueño, en el sexo. Con las
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Leve Retina Nº 3 Pag. 18

entrañas ardiendo tomó la decisión. La muerte al azar sería su
instrumento, el fin del viejo René.

Una oscuridad imperfecta protegía su sombra mientras esperaba una
víctima en algún zaguán. La víctima : personaje central pero
fugaz. Recién al día siguiente supo René por la prensa que robo y
violación no fueron los móviles, que la señora volvía de ver a su
hermana. El resto era secreto judicial. René, orgulloso de su
valor retorcido, sabía otras cosas : cómo la mujer tuvo tiempo de
gritar; cómo él, verdugo de una justicia que nadie más
entendería, cayó con toneladas de frustraciones sobre su cabeza.
Admiraba su propio valor, que alcanzó para dar un golpe de gracia
antes de huir de esa vorágine de sangre y náuseas.


Disfrutó una mezquina superioridad frente a su familia,
convencionalmente espantada por las imágenes del crimen. Explicó
con autoridad que "estos casos nunca se aclaran. Es obvio que la
policía, ineficaz como siempre, está desconcertada". La mirada
curiosa de su mujer lo irritó. Pero entendió que la pobre no
tenía porqué saber que su experiencia en el arte de asesinar era
ya infinita.
La sensación de bienestar fue ocupando sus horas, acompañada por
una serena gratitud hacia la víctima. En realidad ya no la veía
como víctima, más bien era un camarada inmmolado, una amiga que
se había sacrificado (involuntariamente, es cierto) por el
destino de René. Merecía algún homenaje, algo más que los
consabidos sollozos de los parientes entrevistados en la
televisión o las acotaciones incoloras de los periodistas. René
se prometió no olvidar a su ayudante fortuita, se encargaría de
que pasara a la historia junto con él.
Para honrar a su aliada tenía que conocerla más. Traje negro,
zapatos lustrados, qué mejor que empezar por el final: el
velorio. Entró erguido, estudiando a la parentela, que ahora era
casi su propia familia. Todo era asombrosamente igual a otros
velorios que recordaba: conversaciones quedas, miradas al suelo,
expresiones de derrota y resignación, algún sollozo. Quizás la
excepción era el periodista mal vestido, representante de algún
folleto con olor a sangre. René lo miró con desprecio y siguió su
ronda, saludando con la cabeza a los deudos que no le prestaban
atención. Evidentemente de aquí no iba a sacar nada en limpio.
Hace falta ser un gran conversador para aprender algo interesante
en un velorio, y René no era grande en nada. Dio unas vueltas más
(no se animó a pasar a ver a la muerta) y se encaminó hacia la
salida.
Lo frenó una palmada en el hombro : " René !"
No alcanzó a asustarse. Sus huesos se debatían entre los brazos
gordos de un hombrón que sollozaba:
- Treinta años de no vernos, y venís al velorio de Marta! Siempre
supe que eras un flor de tipo, René.
El desviado ojo izquierdo del hombre le ayudó a identificarlo: el
"gordo" Agnelli. Del pozo de los recuerdos surgía este amiguito
de la escuela primaria, blanco fácil de la crueldad de los
chicos. Fueron amigos entonces, un pacto de perdedores. ¿ Pero
Marta, quién era Marta ? Mientras el recuerdo salía a flote, la
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Leve Retina Nº 3 Pag. 19

cara de René logró una mueca de congoja. Agnelli apretó más
fuerte, y el abrazo exprimió su memoria : treinta años habían
pasado ya desde la olvidable fiesta de casamiento del gordo.
Marta era la novia bonita que nadie hubiera esperado de él. Los
muchachos del grado, juntos en una mesa, habían largado sus
comentarios como si estuvieran en el patio del colegio,
disfrutando la gordura blanda de Agnelli. René nunca lo había
vuelto a ver, no le interesaba asociarse con alguien tan dotado
para el fracaso.
Al aflojar el apretón, Rubén Agnelli le humedeció la mejilla con
un beso.
- Vení, René, quiero que conozcas a mis hijos.
Los chicos fueron otra sorpresa. Un muchacho bien plantado, duro,
con ojos de hombre. Una chica con encantos mal disimulados por el
luto le apretó la mano con firmeza. Un chiquilín encantador lo
abrazó y le mojó la otra mejilla. Después recorrieron el salón,
saludando incontables parientes. El gordo, orgulloso de su amigo
de infancia, era un anfitrión excitado. Cada tanto se acordaba de
su Martita y arrugaba el traje de René con otro abrazo. René,
apabullado, oía el chirrido de su propio cerebro girando cada vez
más rápido. El horror de su crimen se le hacía más nítido con
cada apretón de manos. Tuvo que atajar con violencia las ganas de
pedir perdón a gritos. Cuando Agnelli lo hizo pasar a ver el
cajón, rompió en sollozos, con una confesión anudada en la
garganta. El gordo lo volvió a estrujar con amor infantil,
conmovido por la sensible fidelidad del amigo.



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Primero fue la luz... Nro.1: El surrealismo y Dalí
después Henry Miller filosófico
EL ENCENDEDOR Bob Dylan, inédito en español
-revista de cultura- etc.

Nro.2: Dossier: Cine, Historia y Política
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Leve Retina Nº 3 Pag. 20


= GOLOSINAS ================================================== GOLOSINAS =
From : Leve Retina 4:900/109.18
Subj : Pre-Realidades 2
==========================================================================

Pre-Realidades 2
----------------

La libertad. La búsqueda de lo absoluto. Es la oposición a todo lo
que limita.

Escribió eso y se encerró para siempre en una caja de metal en la que
apenas pudo entrar.

Marcelo Alonso
20-07-94
---

= STAFF ======================================================== STAFF =
(en el presente número)

Editor irresponsable:

Federico Joselevich (4:900/109.0 y fjoselevich@appeal.uba.ar)

Entrevistas, comentarios, respuestas, ayudas, notas, as, s.

Marcelo Alonso (4:901/102.4)
Matias Giovannini (4:901/335.3, 4:900/109.18 y mgiovannini@script.org.ar)
Juan Livingston (4:900/120.23 y 4:900/109.23)
Federico Novick (4:900/121.29)
Analía Zygier (4:900/109.3)

Colaboraron en este número

Florencia Abbate (4:900/152.14)
Ana Abregu (4:900/610.3)
Diego Jäger (*)
Adrián Noguera (4:900/587)
Mariano Vázquez (*)

(*) No tiene o no fue suministrada su dirección de red. Para comentarios
dirigirse a Leve Retina (4:900/109.99) o lea más abajo para saber cómo
contactarnos.

========================================================================

Supuestamente, usted puede encontrar a Leve Retina en cualquier BBS
de la Región 90 de Fidonet (es decir, de la Argentina).

Leve Retina se distribuye en la Región 90 de Fidonet por el File-Echo
LEVE_RETINA. Consulte con su Hub/Host más cercano para mayor información.

En particular, los siguientes BBS distribuyen oficialmente Leve Retina:
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Leve Retina Nº 3 Pag. 21


Carreteras del Viento -- +54-1-544-6241 (Todos los días, las 24 horas)
The Reset Project -- +54-1-962-6392 (Todos los días, las 24 horas)
+54-1-963-5515 (Todos los días, las 24 horas)
+54-1-941-1676 (Todos los días, las 24 horas)

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Leve Retina existe gracias a la colaboración de los lectores. Si
usted desea colaborar con Leve Retina, envíe sus textos a cualquiera de
las direcciones mencionadas más abajo. Los editores no se comprometen a
publicar todos los textos recibidos.

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Colaboraciones, sugerencias, cartas de lectores, quejas, enigmas
dirigirlas a Leve Retina (rogamos enviar lo antedicho en formato ASCII
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"La Banda Oscura de Alejandro". Agradecemos su generosidad al
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